
MASAJE FACIAL JAPONÉS
EL “ANTIGUO CAMINO A LA BELLEZA”, UN VERDADERO LUJO PARA LOS SENTIDOS
¿QUÉ ES?
Es un tratamiento tradicional japonés de lifting facial natural, que aporta luminosidad, firmeza y pulposidad al rostro sin necesidad de utilizar aparatología.
Es una técnica ancestral de belleza que nació en el año 1472 y se convirtió en la terapia favorita de las emperatrices japonesas para lucir un rostro rejuvenecido y sin imperfecciones. Se caracteriza por un conjunto de técnicas manuales que crean una coreografía de movimientos artísticos en el rostro, desde el escote hasta la cabeza, combinados con técnicas de drenaje y acupresión. Se borran las huellas del cansancio, se rediseña el contorno del rostro, se realza la armonía de los rasgos, se cierran los poros, se redensifica la piel, se ilumina la tez y el rostro rejuvenece desde la primera sesión.
¿CÓMO FUNCIONA?
Algunos describen la experiencia como si los dedos del terapeuta bailaran sobre la piel.
El masaje facial japonés trabaja sobre los músculos faciales, a través de una combinación de presiones profundas y ligeras, que estimulan la producción de colágeno, activan el sistema linfático, fortalecen e hidratan la piel. Libera las tensiones musculares y es recomendado para aliviar las molestias en las personas que padecen de migrañas y bruxismo.
Actúa equilibrando el flujo de Qi (energía vital) a través de los meridianos y estimula el flujo sanguíneo y la eliminación de toxinas, tanto metabólicas como ambientales.
Es un tratamiento de belleza que libera emociones: cuando se recibe un masaje japonés, si la persona se deja llevar por las sensaciones que va despertando cada fase del masaje, puede alcanzar una relajación profunda y un elevado estado de bienestar emocional y físico.
Para un resultado más potente, utilizamos exclusivamente aceites de altísima calidad y de producción ecológica. Se recomienda una sesión semanal.